30.8.04

Humedades y rigideces

Desertia, 15 de enero de 0001


Durante las primeras horas de la mañana jamás me siento bien.

Sigo soñando con vos, pero me despierto intranquilo, alarmado, como si no estuviera en este planeta desierto sino en uno habitado por gente.

Cuando amanezco transpirado (lo que sucede la mayoría de las mañanas-noches gracias los soles fuertes de la madrugada desertiana) creo que has dormido a mi lado, y que la sal, y que la boca seca, y que toooodas las manifestaciones de mi cuerpo de varón (con sus glorias rígidas y sus sociegos húmedos) son una ofrenda a tu cuerpo de mujer (con sus glorias húmedas y sus sociegos rígidos)

Hoy iré hasta la cima de esos cerros nortíferos. Cerros del norte de este lugar. De lo que parece ser el norte en este lugar. De lo que parece ser el norte en lo que parece ser un lugar.

Aparentemente, es posible escribir poemas en Desertia además de soñar que tu ropa no está cuando sueño que está tu cuerpo. Parece que a Trigulitur le gusta la poesía, lo cual no es poco.