24.8.04

El extraño caso del Dr. Jekyll y el Dr. Jekyll

Desertia, 10 de enero de 0001


Estuve pensando. Por eso no he escrito en estos días. Escribir y pensar son, desde mi punto de vista (y desde el tuyo, ya que estás adentro de mi cabeza) actividades que se excluyen mutuamente. Como si la materia del pensamiento fuese impenetrable, como si fuese materia, digo.

Esto puede parecer una paradoja, y a lo mejor lo es. Sobre todo, tratándose de un escrito que pretende ser un pensamiento. Pero todas las personas (inclusive Bush), tenemos contradicciones.

Mi psicóloga en la Tierra me dijo alguna vez que notaba ciertos razgos esquizoides, o algo así. Y que el autismo me estaba jorobando un poco para esa cuestión de las relaciones interpersonales...

La verdad es que no le presté mucha atención. Mientras ella hablaba, en mi cabeza sonaba la musiquita de espera de los contestadores automáticos (esa que dice "tirurirururiiii - tirurirururiiii", sabés cuál te digo)

En Desertia no hay teléfonos con contestador automático. Tampoco hay psicólogos.

Pensamiento colateral y simultáneo: "No hay psicólogOs ni psicólogAs (pienso esto porque hay mujeres que se ofenden cuando uno usa términos de género masculino para aludir a universales (aunque se ofenden sólo en casos como el de arriba; si uno dice, por ejemplo, "asesinOs" o "cretinOs" tratando de juntar en esas bolsas a la gran masa de los (y LAS) que matan gente y de los (y LAS) que son estúpidOs/As, nadie se queja) ) ¡Qué manera de haber gente boludA!"

Sería imposible que haya psicólogos ni psicólogas en Desertia ya que este es un planeta habitado solamente por nosotros dos. O al menos por mi cabeza y una posibilidad de vos.

- Hola - me digo.

- Hola, tanto tiempo, ¿cómo estoy? - me contesto.

- Bien, ¿y yo?

- Y, más o menos...

- ¿Por qué "más o menos"? ¿Qué me pasa?

- Nada..., es ella que no aparece - me confieso.

- Bueno, amigo, no hay de qué preocuparse, ya vendrá y estaremos juntos - me consuelo. Y cuando venga, cenaremos. Vamos a calcular a qué hora es la hora de la cena (aproximadamente, porque no se puede saber bien con tantas vueltas qué dan los soles y las lunas acá por día. Además, todavía nadie inventó el reloj en Desertia)

Pensamiento colateral y simultáneo 2: "Lo bueno de estar solo es que, a pesar de las contradicciones que uno pueda tener, las decisiones se toman siempre por unanimidad".

Pensamiento colateral y simultáneo 3: "Lo malo de estar solo es que uno no puede reproducirse".

Pensamiento colateral y simultáneo 4: "Eso hace que uno malgaste las energías".


Los hombres (y las mujeres, casi me olvido), es decir, los seres humanos (y LAS seres humanas), somos los demás.